7/8/08

El más grande luchador de que se tiene constancia


MATÍAS JIMÉNEZ




Nace en San Gregorio, Telde, el 3 de Abril de 1840.De una familia numerosa,4 varones y dos hembras, de labradores de posición media. Inició sus entrenamientos o “blandeos “ en cercados o terreros de plataneras o en el barranco de los Ríos,en un sitio idóneo y céntrico de nuestra ciudad. Hasta que fué destacando por su gran corpulencia física. Compitió don el bando de su barrio, San Gregorio, teniendo como oponentes al de San Juan, La Pardilla y Jinámar, consiguiendo destacadas actuaciones y se alzó como un gran campeón por el que no había dudas.
De gran estatura y robusto como un Hércules, de facciones casi imberbes, pero rebosantes de virilidad y energía, no fué la fortuna la que le granjeó sus victorias.
Paladín tan generoso como esforzado, no abusó de su ventaja ni obligó, al vencer a su contrario, a proclamar en alta voz su superioridad.
Fué tan excelente luchador como noble en su agarrada, nunca rehusó ni menospreció a su adversario, dandole siempre ventaja a su contrario. Así lo menciona la historia, pues fueron múltiples las páginas que se escribieron con letras rebosantes de victorias, granjeándose pronto el seudónimo de el “Invencible”, ya que desde muy temprana edad, con 22 años, conseguía el entorchado de campeón arrebatandoselo a su adversario Mariano Pino, del Norte.
El 15 de Julio de 1870, se enfrenta en desafío con Mariano Pino , de guía, en la Plaza de la Feria. Del norteño se decía que era un gigante de gran fortaleza física, vencedor en todos los desafíos.
La luchada dió comienzo a las diez de la mañana con dos selecciones, Norte y Sur, con 40 luchadores por cada bando, en el cual se impuso el Sur por un catastrófico 40 – 16 , terminando la luchada a las cinco de la tarde; y en el tan sonado desafío vence Matías Jiménez, ganando el entorchado de la victoria.
Asistieron a este apoteósico acontecimiento 8000 personas, sin haber carreteras ni medios de locomoción ligeros, desplazandose solamente en bestias.

Autor: Santiago Henriquez


EL PODER DE MATIAS JIMENEZ

Para dar una idea del poder de Matias Jimenez, que no solo era alto y fuerte, socarrón, pero de una fortaleza impresionante, el clásico hombre fibroso de tierra adentro, se cuenta una anécdota que tiene mucho sabor.
Matias Jimenez tenia una escalera alta que usaba en sus labores, y un dia un intimo del famoso luchador le rogó se la prestase para enjalbegar el frontis de su casa- de dos pisos--
la escalera era de tea y pesaba como una pena. Tres hombres fueron a buscarla y la llevaron a casa del amigo de Matias. Cuando hubo terminado el servicio, pasado de eso dos meses, o así, Matias Jimenez necesitó de nuevo la escalera y la reclamó:

-”Espera Matías, a ver si terminan mis hombres de la zafra y te la mando para allá” (Porque la escalera maciza, de tea, como eran las cosas del año la “nana”, imponía respeto).

Matias aguardó unos dias y viendo que la escalera no le llegaba y como quiera que la precisaba, se acercó a la casa del amigo y tomandola bajo el brazo arrancó con ella como el que trae una caña dulce de Jinámar.

DE CUANDO MATIAS JIMENEZ LUCHO EN GALDAR

La fama de Matías Jiménez puede decirse que estaba extendida por toda la redondez de la isla: allí donde dos hombres intentaban luchar, surgía el nombre de Matías Jiménez, como el invencible de los terreros.
Matías Jiménez, por otra parte, era hombre de “punto”, modesto pero apasionado, a l que la lucha canaria, que llevaba en la sangre, le atraía con misterioso poder magnético.
Un día encontrándose en Gáldar, donde fue a comprar una vaca-hablamos del siglo XIX- de regreso hubo de pasar por cierto corralillo donde los jóvenes atletas del norte hacían sus “blandeos”. A Matías le gustaba la lucha con delirio y se paró a ver las agarradas de aquellos “pollillos”.Uno de ellos díjole.” Si quiere luchar una manita, acérquese aquí”.
Matías rehusó la invitación con estas palabras.

-“Soy de muy lejos y he de ir andando con esta vaca; no me haría bien cansándome, aunque la lucha me gusta mucho”

Se animó la conversación entre aquellos hombres sanos y Matías Jiménez acabó por ponerse los calzones. Uno a uno, con aquellos con quienes iba a garrando fueron cayendo y el último de los vencidos, el más fuerte de ellos, exclamó, reconociendo su inferioridad.- “Para vencer a este hombre hay que traer a Matías Jiménez”
Y el invencible campeón, ante la cara de asombro de sus circunstanciales adversarios aclaró.-

“Con él están luchando”

MATÍAS JIMENEZ Y JUAN TORRES

Don José Betancourt, gran amante de nuestra tradición luchística, fallecido a mitad del siglo pasado, dice “que conoció a Matías Jiménez y a Juan Torres, ya retirados del campo de sus triunfos, pero tal vez añorándolos”.
Ambos luchadores eran de Telde, agarrando a la clásica modalidad de “mano metida”, estilo peculiar de Gran Canaria, en particular del Sur. Eran hombres fornidos, de anchas espaldas y miembros bien proporcionados. Los conoció allí don José porque Matías Jiménez y Juan Torres acudían asiduamente a las luchadas del antiguo Circo Cuyás, que se incendió a principios del Siglo XX.
Matías Jiménez fue el campeón de su tiempo, la segunda mitad del siglo XIX. Por Matías fueron derribados en noble lid los luchadores de aquella lejana época. A viejos entusiastas de las cosas canarias, oímos relatar la sensacional, casi diríamos historica contienda, librada entre el Norte (Gáldar, Guía, Moya, Arucas, etc.) que presentó con la que hoy llamaríamos un equipo de confianza, y el Sur (Telde, Ingenio, Agüimes, etc.) que escogió sus más afamados altetas, a la cabeza de los cuales figuraba por derecho y méritos indiscutibles, el famosísimo Matías Jiménez (El Invencible) y el no menos Salvador Nuez.
Lugar del encuentro, Plaza de la feria, en la capital, antigua “cátedra” de la lucha canaria y allí acudió media isla, atraída por la importancia del encuentro y por la presencia en el terrero de Mariano Pino, el Barranco el Pinar, y Matías Jiménez, que se enfrentaban por primera vez y resultó ser luego la última también. Tanto Matías en el Sur como Mariano en el Norte, eran considerados los campeones indiscutibles. Mariano era un “cacho de hombre”, casi un gigante, de Guía, con más poder y resistencia a la fatiga que habilidad. Y decía la gente cándida que una bruja en su pacto con el diablo habíale transferido el poder de la imbatibilidad. Esta era la leyenda que arropaba a Mariano Pino y lo que hizo que despertara tanta expectación aquella agarrada, ya que Mariano había resultado triunfante en todos los terreros de la zona Norte.
Esta interesante e histórica luchada tuvo lugar allá por el año 1873, periodo de riqueza para Canarias, debido al cultivo de la cochinilla, que significó un filón para la isla.
Matías Jiménez se hallaba por esta época en lo mejor de su carrera, pleno de destreza y vigor mostrándose invencible de verdad. Además aventajaba a su contrario en habilidad para el ataque, especialmente por su airosa e irresistible levantada y fácilmente de deshizo de Mariano Pino, que rodó po el suelo vencido, ante la desilusión de sus partidarios.
Aquel dia Matías Jiménez quedó consagrado como campeón invicto de Gran Canaria.

DESAFIO DE MATIAS CON EL “POLLO DE TENOYA”

En Canarias, m as en la antigüedad que ahora, privaba la lucha. Era el deporte favorito, único cuyo práctica se heredaba de padres a hijos, etc.
La categoría de invencible que había ganado justamente Matías Jiménez, ídolo de don Carlos Navarro Ruíz, hizo que don Nicolás Lezcano buscase con afán un “gallo” que midiera espuelas con el tíldense. Al fin apareció un “pollo” de Tenoya, un hombre así como Matías, bien puesto, imponente de estatura.
La luchada se concertó en el Potrero.el de Tenoya, acompañado de sus incondicionales y del m mismo don Nicolás, llegó a las inmediaciones del terrero en su tartana enjaezada a toda fiesta, en medio de una expectación tan extraordinaria que sobrecogía.
Cuando los dos colosos estuvieron en la arena, la ebullición llegó al máximo. El de Tenoya agarró bien, Matías le secundó y se dio la voz de “ya”.¿Legó el de Tenoya la mano a la espalda?. Nunca se supo. Pero el tenoyense se apuntó la primera agarrada, con el indescriptible delirio de sus seguidores y el consiguiente estupor de los “matiasjimenistas”.Cuando se disponía a pegar la segunda lucha, dicen que Matías le dijo al Pollo de Tenoya.-

“Agarre noblemente y con lealtad, que en la lucha es de hombre caer, pero deja de ser hombre el que emplea malas artes para vencer”

Las tres agarradas siguientes se decidieron a favor de Matías Jiménez, con una tercera muy disputada, tenazmente defendida por el Pollo de Tenoya en la que Matías puso su desmedido poder, hundiéndole dos costillas…
Nunca más volvió a pisar los terreros aquel Pollo de Tenoya.

Autor: Rafael Ramirez y Doreste

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